Lo necesario te hace daño, pero no todo...

Si te fijas y miras bien, te darás cuenta de que aquello que necesitas para vivir, en exceso o en cantidades elevadas, puede incluso acabar con tu vida...
Algo tan básico como el agua; necesitas hidratarte, para estar vivo, sin embargo  el mar, que es todo agua, crea maremotos y tsunamis que arrasan poblaciones y matan a cientos de personas. El sol, también es imprescindible para la vida, pero en exceso tiene consecuencias lamentables.
La libertad es algo que a nadie se le debería negar, y sin embargo hay ocasiones en las que nos aprovechamos de ella y actuamos de una forma de la que luego nos arrepentimos.
Con la adicción, tres cuartos de lo mismo. El miedo es necesario para apreciar lo que tenemos, pero es imposible evitar que se apodere de nosotros alguna vez. Necesitamos llorar, para apreciar los momentos en los que sonreímos, aún así, no es agradable cuando te ahogas en el mar de tus propias lágrimas.
La muerte, necesaria para disfrutar de la vida, aquella a la que todos temen, aquella que nos acecha hasta conseguir su objetivo, aquella por la que todos lloramos, por culpa de la cual, caemos al vacío.
A ti te necesito para vivir, ya que tú me das la vida, sólo espero que seas capaz de hacerme únicamente el bien, no quiero sufrir, demuéstrame que no todo lo imprescindible hace daño.