Hay que saber mirar el lado bueno de las cosas, darte cuenta que que lo que no te mata, o engorda, o te hace más fuerte; que el dolor es realmente necesario para darte cuenta de que estás vivo y esto no es un sueño.
El pasado tiene que servir como trampolín y no como sofá, para poder aprender de los errores cometidos. No tienes que borrar el pasado, por mucho que te duela, o no te guste, déjalo, y que sea la prueba de lo mucho que has cambiado...
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