He aprendido que las oportunidades más grandes están en los sitios
menos inesperados. En la persona que te mira con recelo, en el desconocido que
te cruzas por casualidad en un café discreto, en un rincón donde nadie ha
mirado aún o entre las hojas perdidas de cualquier autor olvidado. Todo puede
ser una oportunidad, así que voy a abrirle las puertas a todo lo que venga, voy
a recibir con los brazos abiertos cada nueva situación y a afrontar los
problemas con la cabeza bien alta. Así que venga lo que venga a mi vida, tendré
el cartel de ‘Bienvenido’ entre los brazos. Aprenderé a mirar donde nadie se ha
atrevido a mirar antes, donde no espero encontrar nada, miraré en los sitios
aunque lo haya hecho veinte veces. Pues tras de la piedra más vulgar puede
estar el más rico tesoro. Detrás del problema más insuperable puede estar la
oportunidad que esperabas y después de la tristeza más honda, puede venir la
felicidad más plena.