Las palabras estampadas en las hojas de la primavera, en pleno clímax; en otoño vuelan y en invierno mueren. Como nosotros, que nos prometimos el cielo cuando más felices éramos, al tiempo volamos uno lejos del otro y acabamos muriendo en medio del más congelado escenario. Pues llegó el invierno de aquel año y con él, apareció la monotonía, se nos quitaron las ganas de desnudarnos los sentimientos, se fueron los colores y el frío lo congeló todo. Casi parecía que el amor se hubiera congelado junto con nuestras manos. Fuimos acorde al momento, vivimos con los colores cálidos y morimos congelados con los fríos. Las palabras, aquellas que tan felices nos dijimos, se las llevó el viento y al final, acabaron muriendo, olvidadas. No prometas en primavera si en otoño no soportas el viento y en invierno no tienes intención de luchar contra el frío.
¡Hola, Marina! Me encanta como escribes, es precioso ese trozo y la frase final me ha gustado mucho <3
ResponderEliminarUn besazo.
Me alegro mucho de que te haya gustado tanto Cristina, es todo un placer :)
EliminarPrecioso Marina. Simplemente precioso.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Eva, de verdad :)
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado, precioso *_*
Muchas gracias Irene :D
EliminarPrecioso, como siempre.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias, Nerea :)
EliminarAl leerlo sentí que estaba viendo una historia, fue triste pero a la vez bonito.
ResponderEliminarAsí es la vida al fin y al cabo...
Un saludo
Muchas gracias Frida, es eso lo que quería transmitir :)
Eliminarescribes genial
ResponderEliminarMuchas gracias Susana ^^
EliminarMuy bonito, pero ¿que es eso que dices de que llego el frio? Ya podria, si xD
ResponderEliminarSaludos
Un relato muy lindo y comparas el vaiven del amor con las estaciones. Algo que considero acertado. Te mando un abrazo enorme y nos leemos :3
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