No sé si estar feliz porque tengo un año más o no estarlo porque tengo uno menos...

Ha sido un año duro, de verdad. Los dieciséis han estado bien, nada de otro mundo. Sólo un año más donde conoces a personas nuevas, con las que compartes nuevas alegrías. Algunas a las que creías conocer, te das cuenta de que en verdad no las conocías.
Gente que va, gente que viene. Y yo aquí, en el mismo punto, a penas sin avanzar. O eso parece, porque cada segundo avanzo. Cada instante estoy más cerca de dejar de existir. Intento recordarme a mi misma que debo aprovechar mi vida, solo hay una, y quiero vivirla a mi manera, como yo elija. No quiero arrepentirme por no haber hecho algo, pero tampoco quiero arrepentirme por haberlo hecho. Por eso avanzo, con paso lento e inseguro, no siempre hacia adelante, pero cierto, avanzo.

Risas, llantos, gente nueva, gente que se ha ido para siempre, tristeza, amor, nuevas experiencias, las experiencias de siempre... Básicamente un año más. Pero si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de que somos el conjunto de cosas que acontecen en nuestras vidas, cada pequeño detalle sucedido marca nuestra personalidad y nuestro futuro.
Así que adiós 16, hola 17 :)
Con una sonrisa os recibo, diecisiete añitos, nada más puedo hacer ante el paso del tiempo.