Su sabor, su olor.

Su sabor. No sabría definirlo, pues no sabe a nada especial. Es fresco, como a menta. Pero al mismo tiempo es dulce, como el caramelo. Es una mezcla que sólo en su boca sabe perfectamente bien. Mi sabor se transforma, se mezcla con el suyo y ya no sé cual es cual. Al igual que cuando nos tocamos, nos besamos. Dejamos de ser dos para ser uno y dejarse llevar. Es su olor, que me vuelve loca. No es el olor de ninguna colonia en especial, es el olor de su piel, el aroma que él mismo desprende. Y tampoco sabría definirlo. Pero me encanta. Y cuando se mezclan su olor y su sabor, es una bomba explosiva. Puro placer para mis fosas nasales, para mis papilas gustativas. ¿Se puede morir de felicidad, explotar de euforia?No sé como lo hace, pero él lo hace posible, y así llego a la cumbre de la felicidad. Y explotamos, somos felices juntos. No es que haga nada en especial, es su sola presencia, su sabor, su olor el que me vuelve loca.