Juguemos una partida eterna.

Juguemos. Y a pesar de que esto no es un juego, quiero jugar contigo. Porque cuando nuestras miradas se cruzan, lo demás se desvanece y jugamos a hablarnos con la mirada, entre suspiros enamorados y sonrisas que enamoran. Juega conmigo, sé mi diversión por un rato, o mejor para siempre. Hasta que tú termines por cansarte de este juego al que llamamos amor, porque si me tengo que cansar yo, aun queda un rato largo... Creo seriamente que empiezo a tener un problema de adicción y no creo que sea fácil de curar. Porque va a más, con cada roce, cada palabra, cada instante compartido contigo. Y cuando tu olor me llega dentro y me llena, pierdo el norte, el sur y la noción del tiempo. Solo importa el ahora si estoy abrazada a ti, los recuerdos desaparecen y los planes de futuro ya no importan. Solo tú y yo importamos. Dos corazones amándose, dos extraños que no se buscaron y se encontraron porque sin saberlo, se necesitaban. Y ahora se necesitan más que nunca. Hagamos de este juego una partida eterna donde ganemos los dos.