Camino por las calles iluminadas con miles de adornos navideños, suenan repetidos villancicos, una y otra vez, son los mismos villancicos de todos los años, los típicos, los que te ayudan a sentir el espíritu navideño.
En los escaparates ya luce la colección invierno-primavera, con algodón en el suelo, simulando una nieve que ni tan siquiera ha caído aún. Algunas parejas pasan junto a mí cogidas de la mano, sonrío.
Hace un frío que pela, algunas ráfagas de viento traen el aire aún más gélido y, a pesar de la multitud de capas de ropa que llevo, el frío me hiela los huesos y parece mentira, pero me gusta.
Me llena de energía, me hace sentir viva. Pero ¿qué es esto? No, no puede ser... Está empezando a nevar. Caen diminutos copos de nieve que poco a poco se van haciendo más grandes y aumentan también en cantidad. Yo sigo con mi paseo, ahora más precioso, mientras los niños chillan y juegan con la poca nieve que se ha cuajado encima de los coches.
Es genial, todo el paisaje se está tiñendo de blanco mientras yo sigo impasible mi camino, a pesar de que ha bajado todavía más la temperatura.
Entonces llego a mi destino, ahí está él, esperándome. Me planta un beso en los labios antes de que me de tiempo a pronunciar palabra alguna. Y es maravilloso, porque también sus labios están helados, como los mios. Y mientras, los copos de nieve nos hielan los rostros, rebosantes de felicidad por estar juntos de nuevo.
Es perfecto,¡Oh, dulce Navidad!
Me encanta pasear por mi ciudad en Navidad, y esta entrada me encanta igual jaja:)
ResponderEliminarbesos!"
:) Me alegro de que te gusten tanto ambas cosas^^
EliminarUn besoo!
Oh qué bonito, Marina, yo también quiero algo así, pero en mi pueblo no nieva nunca :(
ResponderEliminarMe has hecho recordar lo bonita que es la Navidad...
¡Un beso muy muy muuy grande! <3
:) Ojalá que algún día caiga una nevadita para ti y tu príncipe azul!!^^
EliminarMe alegro de que te haya gustado preciosa!!
Un besoo :)