¿Jugamos?

-Bésame.- Me dijo. La verdad es que estaba esperando que me lo dijera.
-Dame una razón para hacerlo.-Contesté juguetona.
-Porque me quieres.
-Si fuera por eso, tal vez bastara con un abrazo, no me sirve.-Le dije con una sonrisa en la cara.
-Porque quiero y te lo estoy pidiendo, por favor.
-Pues con las ganas te vas a quedar como no digas lo que estoy pensando, vamos, no es tan difícil, me conoces mejor que nadie.
-Mmm... Tal vez, ¿porque te mueres por darme un beso?
Me incliné hacia delante y ligeramente hacia arriba, cerca de sus labios. Era bastante más alto que yo, pero gracias a mis tacones (que por cierto, me estaban matando) no hizo falta que me pusiera de puntillas, como normalmente hacía. Él sonrió y respondió a mi beso de buen agrado.
-¿A no que era tan difícil?-Pregunté.
-¿Te cuento un secreto?-Dijo, ahora juguetón.
-Venga.
-Sabía desde el principio las palabras exactas que debía pronunciar, tal y como tú has dicho, te conozco mejor que nadie.
-¿Entonces?
-Pues que me encanta cuando jugamos a estos juegos, porque sé que al final, ganamos los dos.-Contestó, volviéndome a besar.