-¿Estás bien? Te noto raro.
-¡Que va! Estoy bien, tranquila.-Miente, es evidente que miente. Esa mirada vacía, esa sonrisa cien por cien fingida. Apaga el cigarrillo en el banco en el que estamos sentados, tras ofrecerme una calada y rechazarla, ¿cuántas veces le tendré que decir que no pienso probarlo?
Es como si su felicidad se hubiera consumido al igual que ese cigarro aplastado en el suelo, su mirada perdida mira hacia ninguna parte y sus manos, congeladas por el frío, apenas se mueven. Algo le corroe, tal vez una duda, tal vez un suceso, un recuerdo...
Se gira hacia mi, me sonríe, y esta vez lo hace sinceramente.
-No me iré, te lo prometo.- Es lo único que dice antes de cogerme suavemente por el cuello y besarme mientras juega con mi pelo, ahora lo entiendo todo.
PD: Gracias por estos 23 meses a tu lado, han sido los mejores de mi vida y no los cambiaría por nada, te lo aseguro. Ojalá que tu pienses lo mismo. Eres lo mejor de mi mundo y te necesito a mi lado para siempre, no te vayas, por favor! Quiero seguir compartiendo meses y años contigo, hasta perder la cuenta, hasta cansarme de contar, pero no de ti.
¡Felices 23 meses vida!
¿Sabes? de alguna manera yo también pase el momento que acabas de relatar tú. Lo pasé hace mucho tiempo pero aún recuerdo todo lo que sentí...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho :)
Me encanta que la gente se sienta identificada con lo que escribo, gracias por comentar! Un beso!
EliminarMuchísimas gracias :)
Yo también lo viví y daria todo por volver a pasar por ahí. Me encanta como escribes. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias, como siempre digo, significa mucho para mi que la gente lea mis entradas y se sienta identificada. Muchas gracias y suerte!
EliminarUn beso :)