Tal vez la gente diga que alguien que te quita cosas de tu
vida no puede quererte realmente. No pueden entenderte, está claro que alguien
que te ama con todo su ser puede arrebatarte muchas cosas. Puede quitarte la
pena para darte la alegría, puede negarte las lágrimas llenas de dolor y
cambiarlas por gotas de felicidad; es capaz cambiar el negro por el arcoíris,
puede quitarte el sueño para regalarte sueños. Puede llevarse lejos el “no
puedo” y traerte un “lo haré”, despojarte de la ropa para que sea su cuerpo
quien te caliente, puede hurtar tus amarras y cambiarlas por alas para que seas
libre y vueles lo más alto posible. Puede desposeerte de lo que creías bueno
para regalarte lo que es perfecto. Puede y debe hacer todo esto; quitarte la
rutina para ser la aventura, llevarse lo efímero y las prisas para regalarte el
disfrute, la vida.
Que se lleve lejos las lágrimas, el dolor, las heridas, la tristeza...que se lleve lo malo, lo que te impide ser feliz. Si se lleva las risas, la libertad, lo que te gusta, las ganas, la confianza...Entonces quítalo tú de en medio y vete, porque eso no es amor, es posesión.
Me encanta.
ResponderEliminarSnif. ¡Yo quiero a ese hombre!
ResponderEliminarEn serio, me ENCANTA cómo escribes (tanto éste como los demás relatos, el de Mi isla perdida me encantó también). Tan romántico y sano a la vez...
Acabo de ver el blog (por twitter) y te aseguro que me quedo por aquí.
¡Ten una buena tarde!