Arriesga y vivirás.

Querer es arriesgar. Si no arriesgas, no ganas. Si no ganas, no amas. Si no amas, nada de sentir mariposas, nada de besos rápidos y abrazos eternos, ni dulces caricias, ni largos suspiros. Nada de tardes de películas debajo de las mantas, nada de pasear cogidos de la mano, nada de que te cuide y te proteja, nada de que te arrope y te bese en la frente cuando te duermes entre sus brazos. Nada de ése tipo de amor. Si no amas, no vives.
Mi conclusión es: arriesga y vivirás.
Yo me arriesgué y gané. Gané miles de sonrisas, un chico perfecto, gané carcajadas de alegría, lágrimas de felicidad. Descubrí lo que es tener entre tus brazos a una persona que te ama y te valora más de lo que tú eres capaz de hacerlo contigo misma. Conseguí ser feliz hasta el límite. Y gracias a que un día arriesgué, hoy vivo.
Si nosotros lo conseguimos, entonces cualquiera puede hacerlo.